Culto de lo femenino por medio de la Witchcraft o Antigua Religión

Según el Maleus Maleficarum, «toda brujería viene de las pasiones carnales que, en las mujeres, son insaciables».

Culto de lo femenino por medio de la Witchcraft o Antigua Religión

En España antiguamente existía, igual que en el Tantra, el culto de lo femenino por medio de la Witchcraft o Antigua Religión (se dice que la más antigua de la humanidad nacida hace más de 35.000 años). Ésta se convirtió en una competencia temible para la nueva (la iglesia católica). Y así la Witchcraft, la hechicería o brujería (que en realidad era magia blanca y matriarcal, nada negativo), fue declarada herética. En el siglo siguiente las guerras, las cruzadas, las epidemias y las revueltas campesinas arrasaron toda Europa. La estabilidad de la Iglesia se tambaleaba mientras se desmoronaba el sistema feudal. La Iglesia ya no podía permitirse el lujo de tolerar los cultos rivales sin reaccionar.

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En 1484 el papa Inocencio VIII lanzó la Inquisición contra la Antigua Religión. La publicación en 1486 del Maleus Maleficarum, el «Martillo de las Brujas», puso las bases de un reino del terror, sobre todo dirigido contra las mujeres, ¡que duraría hasta mediados del siglo XVIIl! Se estima en nueve millones —un holocausto anticipado— el número de «herejes» que fueron ejecutados, de los cuales el 80% eran mujeres, incluso niños o jovencitas de los que se decía que habían heredado el «mal» de sus madres. El ascetismo de la cristiandad primitiva, que había dado la espalda al mundo de la carne, había degenerado en un odio hacia aquella que trae la carne al mundo. La misoginia se convirtió en un elemento capital del cristianismo medieval. La mujer y su sexualidad eran el Mal encarnado.

Maleus Maleficarum

Según el Maleus Maleficarum, «toda brujería viene de las pasiones carnales que, en las mujeres, son insaciables». Terror indescriptible: denunciada por un vecino envidioso, por ejemplo, la mujer acusada de brujería era brutalmente arrestada sin aviso previo y declarada culpable, salvo que «demostrara» su inocencia. Se practicaron las peores atrocidades, se aplicaron todas las torturas: eso formaba parte de los horrores de la Inquisición.

La acusada era torturada hasta que firmaba una confesión prefabricada por el Inquisidor, donde ella confesaba su trato con Satán (invento de la iglesia) y sus prácticas “obscenas”, que siempre fueron ajenas a la verdadera witchcraft. La «recompensa» por esta confesión era la muerte por simple estrangulación. La recalcitrante, la que persistía en afirmar su inocencia, era quemada viva. La witchcraft, como el tantra en la India, se convirtió entonces en la más clandestina y la más secreta de las religiones. La tradición sólo se transmitió a las personas en quienes se podía tener una confianza absoluta, en general los miembros de una misma familia. Se cortaron todos los lazos entre las asambleas.

Se eliminaron los encuentros, como el gran Festival, que se celebraban para compartir el saber e intercambiar los resultados de los rituales. Trozos enteros de la tradición fueron irremediablemente perdidos y olvidados. Sin embargo, en secreto, en silencio, detrás de los postigos cerrados, disfrazada en los cuentos de hadas y en los cantos populares, hundida en la memoria colectiva inconsciente, la semilla sobrevivió.

En el siglo XVIII, a las persecuciones siguió la época de la incredulidad

En el siglo XVIII, a las persecuciones siguió la época de la incredulidad. El recuerdo de la auténtica witchcraft se desdibujó, los estereotipos odiosos que subsistían resultaban ridículos o trágicos. Sólo ahora en nuestro siglo las witches pueden salir a plena luz. Hoy día, proclamarse witch es reivindicar el derecho de la mujer a ser poderosa, y el derecho del hombre a reconocer la divinidad en la feminidad. ¡Puro Tantra!

El nazismo desapareció después del holocausto nazi, pero es increíble que el papísmo aún exista después del holocausto de la Inquisición!!! ¿Y tú que opinas?

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